Redescubriendo el valor de las normas en la convivencia escolar
Columna de Yalile Said, Directora General de Certum
En el Día de la Convivencia Escolar, es oportuno detenernos a reflexionar sobre los cimientos que sostienen nuestras comunidades educativas. A lo largo de los años, hemos transitado de un modelo disciplinario rígido hacia un enfoque que prioriza el desarrollo socioemocional, el diálogo y la formación integral. Esta evolución ha sido un gran avance, pero en el camino hemos dejado de lado un elemento fundamental: el valor de las normas.
Las normas, lejos de ser un vestigio del pasado, son la base sobre la cual se construye cualquier sociedad. En una comunidad educativa, las normas no son meros enunciados: son los pilares que ofrecen estructura, límites y seguridad a los estudiantes. Son el marco que permite que todos puedan convivir en un espacio donde se respeten los derechos y deberes de cada persona.
Una comunidad educativa próspera requiere no solo de un enfoque formativo, sino también de normas claras y autoridades dispuestas a ejercerlas con firmeza y justicia. El reglamento interno no es un simple documento administrativo, sino el contrato social que da coherencia a la vida escolar, estableciendo las reglas del juego para todos.
Es momento de reconciliar estos dos aspectos: el desarrollo socioemocional y el respeto por las normas. Establecer límites, aplicar consecuencias cuando sea necesario y reafirmar la autoridad no son actos contrarios a la convivencia escolar, sino complementos esenciales que brindan a los estudiantes un entorno seguro y predecible. Es en la certeza de estos límites donde los estudiantes pueden florecer, sabiendo que sus derechos serán protegidos y sus responsabilidades, claramente definidas.
En este día, desde Certum invitamos a las comunidades educativas a abrazar nuevamente el valor de las normas, entendiendo que la verdadera convivencia se construye en el equilibrio entre la empatía y la estructura, entre la libertad y la responsabilidad. Solo así podremos formar ciudadanos íntegros, capaces de convivir en armonía y con pleno respeto por los demás.